El sistema se llama Greshem Project y consiste en un material ligero y de fácil transporte que absorbe la luz solar y la irradia a la atmósfera, formando nubes y provocando precipitaciones programadas incluso en las estaciones no lluviosas del año. Extendido en una superficie de cinco kilómetros cuadrados, podría hacer llover en un área de hasta 100 kilómetros cuadrados. La primera prueba tendrá lugar en Israel, pero España valora también su experimentación en Andalucía.
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