Cuando a principios de 2011 Alberto Nava y dos compañeros espeleólogos se introdujeron en el sistema de cuevas de Aktun-Hu, bajo las selvas de la península del Yucatán, ni siquiera sospechaban lo que estaban a punto de encontrar. Llevaban horas buceando y habían recorrido más de 1.200 metros con vehículos propulsores, cuando penetraron en una gran sala de unos 60 metros de alto y 36 de ancho. En aquella sala, conocida como Hoyo Negro, divisaron restos de paleofauna y entre ellos los huesos de lo que parecía un mastodonte.
|
etiquetas: américa , arqueología