edición general
1 meneos
 

Un cortijo andaluz: Gumersindo el porquero (I)

Como todas las mañanas el perro del porquero entraba con autoridad y desparpajo al patio del cortijo precediendo a su dueño. Accedía a través de la puerta trasera de una antigua cuadra, cuyo uso había quedado relegado a almacén de suciedad y oasis de porquerías, madriguera de todo tipo de roedores e insectos, y museo arqueológico para una multitud de aperos de labranza olvidados. Era un animal descomunal, con modales compulsivos y unas fauces más propias de un cocodrilo gigante del Nilo. Se rumoreaba que nunca había atacado a ningún ser...

| etiquetas: relatos , cortijo , perro , porquero

menéame