Nuestra declaración es la siguiente: la quietud no está sujeta al ego. No es posible trabajar en la quietud desde el nivel del ego. Trabajar en la quietud es trabajar en relación con otro sin conciencia de tuyo o mío. Trabajamos desde el ser que común a todos nosotros, es lo que encarna en nosotros en el momento de la concepción y lo que da vida al código genético. El breve momento de quietud antes de que empiece la explosión de la célula, es el centro del mundo girante que describe T.S. Elliot.
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