¿Qué hace falta para que alguien esté dispuesto a ganar 500 euros al mes trabajando a jornada completa? Pues lo mismo que hace falta para que una mujer migrante esté dispuesta a trabajar practicando felaciones en la economía sumergida por 10 o 20 euros: necesidad y miedo, nada más que eso. Y ¿saben cómo se construyen la necesidad y el miedo? Pues es bien sencillo, asegurando que el paro sea siempre una amenaza y recortando las prestaciones y las ayudas sociales.
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