Había costado muchos años concienciar a la población del problema de la CL y mucho me temo que, a partir de ahora, cuando alguien saque el tema le harán la gracieta "contaminación lumíííínicaaaaa". Una parodia de este tipo tiene mucho más éxito que cualquier campaña de concienciación y el efecto perverso es que quienes nos quejamos del exceso de iluminación en las ciudades quedamos como unos freaks sin otras preocupaciones más serias.
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