El acusado, que era vigilante de seguridad, disparó por la espalda a sus víctimas cuando estas abandonaron el local. Los hechos ocurrieron la madrugada del 28 de agosto del año pasado en un bar. Allí, “de forma insistente”, Emilio D. ofreció unas copas al grupo, formado por las dos víctimas y otra mujer (que abandonó el local antes del crimen), sin que estas le prestaran atención. Se produjo una discusión, y el ahora condenado esperó a que el hombre y la mujer se dirigieran a su casa para dispararles por la espalda.
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