C. J. R., un empresario dedicado a la perforación de pozos, ha sido condenado a un año y seis meses de prisión por la muerte de un operario durante unos trabajos para la captación de aguas. La resolución judicial subraya que C. J. R. no había "adoptado ninguna de las medidas de seguridad para prevenir los riesgos laborales de sus trabajadores", que, además, carecían de una "mínima formación" en materia de riesgos. La empresa no disponía de plan de prevención de riesgos laborales y tenía un solo arnés de seguridad, que el fallecido no llevaba.
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