Zaachila Orozco aún puede sentir el calor abrasador del desierto de Sonora, al suroeste de Arizona, en pleno verano. "No entiendes lo que es el calor hasta que estás en el desierto en agosto a las 12 de la mañana. Es horrible, muy pesado", asegura. El 13 de agosto de 2017, las temperaturas rozaban los 40 grados. Junto a tres compañeras de la organización
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