Decimos esto con plena conciencia de la naturaleza del bloque de poder que da sentido empresarial y político a esta iniciativa, y sus profundos lazos con el zapaterismo como opción hegemónica ya fracasada. Esta consideración no debe impedir valorar las aportaciones que se hacen desde las páginas de Público al enriquecimiento de la paleta de colores del casi monocromático panorama político y cultural. Animamos a que el equipo que hace posible Público se embarque en nuevos proyectos de comunicación distribuidos, abiertos y horizontales.
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