Ordenó la compra de 6,5 toneladas de sal, que tres camiones le transportaron al pequeño apartamento de 20 metros cuadrados que tenía en alquiler. La sal más los gastos de envío le costaron 27.000 yuanes (unos 3.000 €) y las 260 bolsas le ocuparon más de la mitad del espacio de su vivienda temporal. Sin embargo, unos días después, la televisión HAH informaba que el Gobierno desmentía el rumor de la sal como bálsamo nuclear, lo que condujo a una rápida caída del precio en el mercado de este producto.
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