Por más que nos esforcemos los enemigos no desaparecerán de la faz de la Tierra, así que es momento de aprender algunas técnicas para anular su efecto. La presencia del enemigo nos polariza, nos obliga a querer dejarle muy en claro que su forma es la equivocada; o bien, es la razón por la que emprendemos acción para vencer su oposición. Entonces, vencer al enemigo significa debilitar, acabar, socavar todas sus fuerzas para, entonces, hacer o conseguir nuestros objetivos. Y claro, ganar.
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