A todos nos ha pasado alguna vez: estamos en medio de una conversación en la que la otra persona insiste en hablar de sí mismo, pudiendo comentar temas mucho más interesantes, como yo mismo. Pero claro, uno no puede simplemente quedarse dormido o largarse gritando DÉJAME EN PAZ, YO NO TE HE HECHO NADA. Hay que ser educado y fingir que te están explicando algo interesante. Quién sabe: quizás dentro de unos años necesites pedirle un préstamo a esa persona.
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