Piense por un momento que mañana tuviese que escoger cómo adaptar su ritmo respiratorio o las pulsaciones de su corazón a sus necesidades diarias. O ajustar su temperatura corporal, concentración de glucosa en sangre o la insulina que su cuerpo necesita. Incluso que fuese usted mismo quien tuviese que regular su producción de orina. A estas funciones se pueden añadir otras mucho más complejas. ¿Algunos ejemplos? La regulación del ciclo vigilia/sueño o la regulación hormonal del...
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