Durante dos años, la compañía quesera Montealva estuvo negociando con Mercadona para abastecerla de un queso especial llamado payoya. Superaron auditorías y medio centenar de catas. Por fin, en plena pandemia, la empresa de Jerez de la Frontera consiguió que este queso de cabra entrara en los lineales de la cadena de supermercados. Desde entonces, vuela de tal forma que Montealva ha tenido que ampliar las cámaras de maduración, contratar más personal y buscar más leche de sus proveedores porque ha pasado de procesar 2.300 litros al día a 3.500.
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