La marcha de sus dos mayores empresas, Caixabank y Gas Natural, impacta en los empresarios catalanes, en auténtico shock estos días ante una apresurada fuga que no les deja otro remedio que hacer las maletas a ellos también. Aunque el cambio de domicilio social no tendrá impacto a corto plazo en el Impuesto de Sociedades (que se recauda y distribuye por el Estado a todo el territorio), sí supone una merma de más de €1.175 millones en los impuestos que una agencia tributaria catalana independiente podría recolectar, sólo de las tres más grandes.
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