Tras la reforma del IRPF adelantada el año pasado por el gobierno, la escala de tipos del IRPF se redujo de siete a cinco, una rebaja que ha sido sustancialmente provechosa para las rentas altas. En 2014, los contribuyentes con ingresos anuales superiores a 300.000 euros pagaban un tipo del 52%, es decir, más de la mitad de sus ganancias. Ahora, con esta simplificación de tipos, las rentas superiores a 60.000 euros tributan a un tipo del 45%. Es decir, a las personas que tienen unos ingresos de entre 60.000 euros y 300.000 euros les han bajado
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