Utilizando los materiales que tiene a mano, Antón Shkáplerov crea una burbuja de agua que inicia su vuelo autónomo por el compartimento. Luego, a este objeto flotante el tripulante le inyecta un jugo concentrado en calidad de colorante. El experimento, muestra fenómenos que nunca podrían observarse en la Tierra en condiciones habituales, también da a conocer el principio de la tecnología de separación del aire y el agua que se utiliza en la órbita para luego producir el oxígeno para la respiración de los tripulantes.
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