El camarón mantis, que no es un camarón, llama mucho la atención por su agudeza visual y su poderoso golpe. Pero hay camarones reales que son igualmente impresionantes. Hay varias especies de langostinos que pueden cerrar sus garras lo suficientemente rápido como para producir un chorro de agua que se somete a cavitación, donde la turbulencia extrema crea bolsas de baja presión donde el agua se vaporiza. A medida que estas burbujas se colapsan, alcanzan temperaturas superiores a 5.000 K y emiten luz junto con un potente chasquido.
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