Caña y nada es poco común. Caña y aceitunas, frutos secos o un pinchito es habitual. Caña y un abundante plato de cocido, de paella, de lacón con patatas, de patatas bravas, de pescaditos fritos o de pinchos variados es una rareza. Estas 'excepciones' en Madrid se materializan en locales llenos hasta la bandera en hora punta donde, con la cerveza un poco más cara -pero siempre a menos de dos euros-, se puede comer o cenar por dos o tres cañas. Esto es: menos de seis euros.
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