Tras quince minutos de pánico y cuarenta heridos en la plaza de toros de Tafalla, Navarra, se decidió acabar con el intento de fuga de 'Quesero'. Se inmovilizó al animal con cuerdas y después se le dió la puntilla, a vista de todos. Los antitaurinos critican las formas y aseguran que el sacrificio fue un acto de venganza hacia un animal que sólo pretendía huir
|
etiquetas: sociedad