Tirones, atracos, robos con violencia, hurtos, abusos sexuales, violaciones... el runrún de los sucesos es constante. Desde hace un tiempo, vecinos y comerciantes de los barrios con más delincuencia se han organizado usando el móvil como arma de difusión masiva. Ya no lo utilizan para llamar inmediatamente al 112 cuando presencian un robo violento. Encienden la cámara para grabar el suceso y así, con la fuerza de las imágenes, denunciarlo no sólo en la comisaría, sino ante la opinión pública lo que ha evidenciado la realidad con imágenes.
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