Los agentes, dos policías jóvenes, circulaban por la zona marítima, haciendo tareas rutinarias de vigilancia. El coche que conducían era bastante nuevo y automático, una modalidad con la que los agentes no estaban familiarizados. Cuando los policías se acercaron al rompeolas para avistar mejor el frente marítimo, "el conductor confundió el freno con el acelerador" y se abalanzaron hacia las rocas, según ha explicado un portavoz policial.
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