En menos de un año sus clientes han encontrado ya dos perlas naturales en dos de las ostras de las que dieron buena cuenta. Y eso que las perlas naturales, las no cultivadas, son extremadamente raras puesto que se forman fortuitamente, cuando un cuerpo extraño se aloja en el tejido de la ostra. La última perla se la encontró hace unos pocos días en la boca una clienta barcelonesa de este restaurante de la calle Sant Pau de Sitges. Apareció en una ostra especial (Ostrea edulis). La otra la halló Josep Rosell, un asiduo cliente de Vilanova i la G
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