Suele decirse que los dictadores están solos. No es el caso del presidente de Siria, Bachar el Asad. Su familia parece haber aprovechado la revuelta popular y el riesgo de una caída del régimen para asumir poderes extraordinarios y convertir la presidencia en un asunto colectivo. Rami Makhlouf, multimillonario primo de Bachar, afirma que las decisiones políticas se toman "de forma conjunta" dentro de la familia, y que la familia "está dispuesta a luchar hasta el fin".
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