Las autoridades de Madrid se lamentan por la caída en la llegada de turistas a la ciudad, pero mientras ningunean parte de su patrimonio histórico: palacios, casonas, rupturas de paisajes, y hasta un frontón, el Beti Jai, muchos declarados bien de interés cultural, sufren la desidia y el olvido del ayuntamiento y esperan la piqueta que dé con ellos en el suelo. La falta de un plan general hace que edificios modernos rompan la estética de la ciudad, y solares y edificios apuntalados o al borde de la ruina son parte del paisaje de la ciudad
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