"Roberto Salazar es un niño de 5 años de apariencia perfectamente normal. Mientras juega con sus amigos, Roberto se muestra tan sonriente y feliz como los demás. El problema es que si se golpeara con la cabeza contra una pared, o se partiera un brazo por la mitad, seguiría jugando tan normal. Es incapaz de sentir dolor [...]. Roberto es una de las pocas personas en el mundo que sufre una enfermedad genética conocida como CIPA o “insensibilidad congénita al dolor.” Relacionada:
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