Los agujeros de ventilación característicos en los filtros de estos cigarrillos hacen que los fumadores inhalen una mayor cantidad de humo con mayores niveles de carcinógenos. Como explica Peter Shields, director de esta investigación publicada en la revista «Journal of the National Cancer Institute», la introducción de tabaco light tuvo por objeto engañar a los fumadores y a la comunidad de salud pública para que pensaran que eran más seguros. Por el contrario, han contribuido de forma muy significativa al incremento de casos de adenocarcinoma
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