Además, EEUU sigue intentando encontrar evidencias de una supuesta ayuda por parte de empresas estatales chinas a Rusia para acusar al país asiático de alimentar la guerra con Ucrania, papel que admiten para sí mismos con el régimen de Kiev. Xi Jinping, por su parte, sigue abogando por una desescalada del conflicto y, en consecuencia, se ha ofrecido en repetidas ocasiones a formar parte de las conversaciones para un acuerdo de paz, a su vez que condena el hipotético uso de armas nucleares.
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