China ha estrechado el cerco contra las empresas extranjeras con presencia en el país. Primero fue Google y ahora los dardos han alcanzado a las firmas de ropa de lujo occidentales. La provincia de Zhejiang ha confiscado esta semana varios cargamentos de Gianni Versace, Hugo Boss o la española Zara, entre otros.El Gobierno chino alega que las prendas no cumplen con algunos de los estándares de calidad exigidos por el país.
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