En septiembre, en el Aquarium & Shark Lab de Hendersonville, Carolina del Norte, el cuerpo en forma de tortita de Charlotte empezó a hincharse. Sus cuidadores, preocupados por si tenía un tumor, le hicieron una ecografía para detectar bultos o tumores cancerosos. Pero la ecografía reveló que los extraños bultos de Charlotte eran en realidad huevos. Charlotte estaba embarazada, a pesar de vivir en un tanque sin otras rayas. De hecho, hacía ocho años que no vivía con una raya macho de su especie.
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