"Dormí y descansé bien durante dos días porque estaba cansado y estresado. A veces hago jornadas de 14 horas", ha declarado el propietario de una agencia de viajes en Treviglio, Italia. Muchos medios italianos se han hecho eco de la historia de este hombre, que afirmó que ya no podía más y decidió cerrar un par de días laborables dejando este escueto cartel en el cristal, valorado por muchos como una broma que no fue tal.
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