Una opositora al cuerpo de maestros de educación primaria, miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, vio ayer recompensada una lucha de tres años para conseguir que el Departamento de Educación reconociera su derecho a realizar el examen después de la puesta del sol. Una resolución del consejero de Educación catalán, el socialista Ernest Maragall, le permitió examinarse en solitario ocho horas después de sus compañeros para cumplir el precepto de los adventistas del séptimo día de no realizar actividades el sábado.
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