Suena mágico, pero en realidad es bastante sencillo: Al aplicar una presión uniforme en todo el cuero cabelludo, el casco bloquea los capilares e impide que el cóctel tóxico de la quimioterapia llegue a los folículos pilosos del paciente. Aaron Hannon, CEO y fundador de la empresa, explicó que esto fue suficiente para evitar que el 75% de las personas perdieran el pelo en las primeras pruebas de la empresa: "Hemos tenido pacientes que han terminado entre cuatro y doce tratamientos de quimioterapia y conservan toda su cabellera. [eng]
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