Las señales son cada vez más evidentes: la ofensiva iniciada por Moscú en la última semana de enero ha perdido impulso y no ha logrado ninguno de los objetivos que se había marcado. De hecho, no ha logrado romper las líneas defensivas ucranianas en ningún punto de los más de 1.000 km. del frente que va desde el oblast de Jarkov hasta el de Zaporiyia. Por eso ahora, cuando nuevamente la rasputitsa ha vuelto a hacer acto de presencia, embarrando los campos y obligando tanto a los vehículos de ruedas como a los de cadenas a limitarse a los caminos
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