"Durante años ha ocupado esta columna alguien que solía obtener éxitos de crítica y público por el procedimiento de hurgar en los artículos ajenos y echar la meada en sus argumentos", dice Rigalt. "El tipo disfrutaba con la provocación. Era escatológico (pipí, caca, culo) y sexual, o más concretamente, pajillero. Ambos distintivos son propios de personalidades tímidas o acomplejadas, pero siempre garantizan una risas". Desde aquí se lo digo: a mamarla, a Parla".
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