Ni las sequías, ni las olas de calor, ni casi ningún evento individual puede relacionarse directamente con la crisis climática. Sin embargo, como apuntan Agustín del Prado y Elena Galán, investigadores del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3), “lo que sí podemos atribuir al calentamiento global es el incremento en el número de eventos meteorológicos extremos de este tipo –también heladas y precipitaciones intensas–, en la severidad de los mismos, y en la modificación de la duración de las estaciones”.
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