El Tribunal Supremo ha dado la razón a un camarero natural de la localidad sevillana de Utrera, E.M.G., de 60 años, que cobrará más de dos millones de euros de herencia al demostrarse que es hijo no reconocido de un empresario con dos hijos más. En este caso, se llegó a exhumar e incinerar el cadáver sin permiso para evitar una prueba del ADN, además de que los familiares del padre, fallecido en el año 2001, tampoco se presentaron en el Instituto de Toxicología de Sevilla para comparar el ADN de ellos con el del demandante
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