En la capital castellanomanchega han aparecido pequeños gorrinos de yeso. Desde el ayuntamiento aseguran que no tienen "ni la más remota idea de lo que son ni a qué se deben" Pequeños cerdos de yeso, de apenas ocho centímetros de longitud, han sido colocados de forma anónima en las calles del casco histórico de Toledo y han levantado todo tipo de opiniones, desde que es arte urbano hasta que es juego o incluso algo diabólico, ya que la serie de cerditos está numerada hasta el 666.
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