Subirse a un autobús, hacer un trayecto y bajarse. Este gesto tan cotidiano tiene un coste de 2,60 euros por viajero, aunque a éste el desplazamiento le cuesta en torno a 1,35 euros, por lo que paga un 47,4% menos de lo que en realidad cuesta el servicio. Estas cifras son la media elaborada a partir de los datos facilitados por 15 de los principales operadores de autobús urbano del país.
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