La crisis modifica hasta las costumbres. En algunos restaurantes los clientes empiezan a solicitar que les pongan para llevar lo que no se han comido. Es un gesto habitual en América y Asia, pero al que aquí, no estábamos acostumbrados. Y lo mismo ocurre con la media botella de vino que no nos hemos bebido, ahora cada vez más, acaba en casa. Los clientes cada vez tienen menos reparo en pedir un tapper y llevarse lo que sobra a casa.
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