En agosto de 2015, en la Barcelona cosmopolita y abanderada de los derechos animales, un cochero mataba a uno de "sus" caballos: sufrió un ataque al corazón tras seis horas tirando de un carruaje para turistas bajo un sofocante calor. La muerte del caballo llevó al consistorio de Ada Colau a no renovar dos años más tarde la última licencia en vigor para carrozas turísticas. Sin embargo Barcelona sigue subvencionado la explotación de caballos para usos policiales, festivos y deportivos.
|
etiquetas: maltrato animal , barcelona , caballos