Durante el tiempo de los mongoles el flujo de los mensajes entre generales y tenientes que se encontraban separados por cientos de kilómetros luchando muchas veces en múltiples frentes y contra varios enemigos, era tan importante que incontables postas fueron establecidas a lo largo de Asia y Medio Oriente para permitir a los mensajeros cabalgar sin parar cambiando en cada posta de corcel, e incluso, cuando el mensaje era de suma importancia, se vendaban las rodillas de los caballos con paños empapados en opio para que estos ignorasen el dolor
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