Para iniciar el proyecto, cuya primera usina comenzaría a funcionar en 2016, el Gobierno reducirá este mismo mes el área de tres unidades de conservación, entre ellas el Parque Nacional de la Amazonia, el más antiguo de la región. La Amazonia perderá unas 78.000 hectáreas de áreas protegidas. Y otros cuatro parques naturales están en el punto de mira del Ejecutivo.
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