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El botón del llanto patrio

No puedo parar de pensar en que cuando nos dicen “llorad, pues es tiempo de hacerlo”, nosotros lloramos al unísono, con justa obediencia. Que hasta eso está programado. Entiéndanme bien: Cómo no llorar tan gigantesca tragedia; no va por ahí mi reflexión. Más bien tengo el foco puesto en esos dramas que no consiguen semejante respuesta colectiva porque nadie parece abrir las compuertas del lacrimal que coordina a la nación.

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