Leo que en la AP7 se producen cortes por Girona mientras Pedro Sánchez desayuna zumo de naranja con Ada Colau en el hotel, parecen dos amantes. Ayer había pesadumbre, incluso miedo. Miedo a no llegar al curro por verse atrapado en el atasco interminable de una ciudad infartada. Pues bueno, un chasco: mientras las televisiones muestran a los encapuchados en el Paralelo la mayor parte de Barcelona vive ajena a las protestas. Son más de las 11 y los CDR no han conseguido colapsar la ciudad. Sólo han colapsado la agenda informativa.
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