Como ocurre en casi todos los sectores económicos, el inmobiliario no residencial ve recuperar paulatinamente los ritmos de inversión pero aún lejos de los datos prepandemia. También en el mercado de oficinas. De los 2.800 millones de euros invertidos, el 59% del total se concentró en operaciones en Barcelona, mientras que el 34% correspondió a Madrid y solo un 7% a otras ciudades españolas. El dato contrasta con el de 2020, cuando el 67% de la inversión se concentró en la capital, que también atrajo el 54% de la inversión de todo 2019.
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