Prohíbe la oferta de bebidas azucaradas, bollería y chucherías envasados en las cantinas, bares y locales similares situados en los centros educativos no universitarios, tanto de forma presencial como en las máquinas expendedoras. Los centros tendrán un año para adaptarse a esta nueva medida que busca favorecer una alimentación saludable. El decreto prohíbe la publicidad de esos alimentos en los centros educativos. También establece las condiciones y criterios para programar los menús y la frecuencia de consumo semanal.
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