El repartidor de Amazon se hartó de su trabajo y dejó la furgoneta en la calle. Con los paquetes dentro. E informó al mundo a través de su cuenta de Twitter: «a la mierda conducir», anunció Derick Lancaster, que dio la ubicación de la furgo: una barriada de Detroit. «Tiene el depósito lleno y las llaves están en el contacto», informó Derick, que luego, sin embargo, se arrepintió y volvió junto al vehículo para esperar a su jefe. Sí que dejó el curro: porque su salud mental no se paga con 15,50 dólares a la hora por entregar doscientos pedidos..
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