El Primer Ministro australiano, Scott Morrison, ha anunciado que el país impondrá un impuesto del 35% a todas las mercancías que se importen de Rusia y Bielorrusia, además de los impuestos existentes. La decisión entrará en vigor el 25 de septiembre. Ese mismo día también entrará en vigor la prohibición de importar petróleo ruso en productos energéticos. "Apoyamos firmemente las acciones de nuestros socios internacionales para revocar el estatus comercial de 'nación más favorecida’”
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